Es el tercer y último de los exámenes que Cambridge ha diseñado para los niños. Se trata del más avanzado de los tres, y lo realizan niños de entre 9 y 12 años.

Su objetivo es demostrar que los niños pueden utilizar el inglés cotidiano, tanto escrito como hablado, a un nivel básico. Este tercer acercamiento a los exámenes de Cambridge hará que sigan desarrollando su experiencia y así, seguir mejorando los resultados de los próximos exámenes, tener más confianza en sí mismo, motivación y exigencia.

Igual que con los dos anteriores, no hay aprobados ni suspensos sino que el niño recibe un certificado acreditando sus logros. Del mismo modo, abarca las 4 destrezas lingüísticas, siempre con actividades adaptadas al nivel.

Esta serie de pruebas supone, sin lugar a dudas, la mejor base sólida que los prepara para las futuras titulaciones de los distintos exámenes oficiales que deberán afrontar en el futuro.